Son doblons
Antaño, las fincas no sólo conformaban el paisaje de Mallorca, sino que los propietarios de estas grandes explotaciones eran a la vez empleadores y proveedores de los residentes. Hoy en día, sin embargo, la agricultura apenas es viable. Conozca a Elisabet Rotger, que intenta salvaguardar su herencia y mantener vivo el negocio familiar.
Los últimos hilos de niebla se arremolinan místicamente sobre los prados que rodean Alaró. Sólo los dos gigantescos peñascos que se alzan sobre la pequeña localidad del interior de Mallorca se divisan desde la distancia: el Puig d’Alaró, con las ruinas del antiguo castillo en la cima, y el Puig de s’Alcadena, coloquialmente conocido como “Montaña de la Bruja”. Ya estaban aquí durante la Edad de Hierro, en la época de los habitantes de las cabañas, vieron ir y venir a los romanos y fueron testigos de la conquista árabe a principios del siglo X. Los árabes tampoco se quedaron mucho tiempo, pero dejaron claras huellas en el paisaje cultural: innumerables muros de piedra seca y campos abancalados atraviesan la Serra de Tramentura. Éstos facilitaron el riego de la dura tierra y aumentaron los rendimientos.
Finca binissati
Principio de páginaEventos del fin de semanaFiesta de bienvenidaSábado 10 de junioPara aquellos de vosotros que volaréis a Mallorca el fin de semana anterior, organizaremos una pequeña fiesta de bienvenida para todos. Habrá bebidas y una barbacoa y será una gran oportunidad para conocer a todo el mundo.
Código de vestimenta: Pantalones cortos, camisas y vestidos Sunday FundayDomingo 11 de junioSabemos que habrá mucha gente que quiera pasar el domingo a su manera, pero para los que quieran, habrá 18 hoyos previstos, y para los que no quieran arruinar un agradable paseo, música y cócteles alrededor de la piscina.
Para los que quieran tomar el sol y broncearse antes de la boda, acogeremos a todo el que quiera venir a nuestra finca, situada a los pies de la Sierra de Tramuntana. Habrá cócteles y comida a la carta durante todo el día en el bar de la piscina de la finca.
Para los aficionados al golf, jugaremos en el impresionante Club de Golf Son Vida. Un campo situado a 15 minutos de Palma. Una vez que sepamos el número de jugadores, organizaremos una competición al estilo Ryder Cup (Novia contra Novio).
Finca son mir
Imagínense a diez padrinos de boda con chaqueta y diez damas de honor bajando por una magnífica escalera de piedra hasta una pérgola de hortensias blancas y rosas al son del Canon de Pachelbel, seguidos de la entrada de la novia, la preciosa Emily, del brazo de su padre, que la entregó a Lee, guapo y resplandeciente con su esmoquin blanco.
La música desempeñó un papel fundamental en la ceremonia, muy apropiada para una pareja que se conoció por casualidad hace doce años en un festival de música del Reino Unido. Firmaron su acta de boda al son de la alegre canción “Somewhere Over The Rainbow” de Israel Kamakawiwo’ole, y volvieron al altar con “Don’t Stop Me Now” de Queen y los aplausos del centenar de invitados.
La música no fue la única personalización que hizo especial su ceremonia, ya que optaron por incluir una ceremonia de arena al final con el vertido de arena de la playa de Coogee en Australia, donde la pareja vive ahora, mezclada con arena de Mallorca simbolizando así la unión inseparable de la pareja y los recuerdos de su preciosa boda en Mallorca.
Son termes finca
Sarah Falconer y Stephen Wilson se propusieron crear una boda romántica que no gritara “cuento de hadas”. Más fácil decirlo que hacerlo, cuando la pareja se conoció en Edimburgo (Escocia) y reside en Londres. Pero un lugar demostró tener la belleza sin artificios que buscaban: Mallorca, España, una isla del Mediterráneo entre Europa y África. “Queríamos una fiesta en medio de la nada, con calor y belleza natural, algo fácil de conseguir en Mallorca”, dice Sarah, que recuerda que creció yendo de vacaciones a ese destino.
A partir de ahí, sólo había que elegir la mejor finca, término con el que se conoce a las fincas restauradas de la isla. Sorprendentemente, reservaron en el último lugar que vieron: Finca Son Berga. Se trata de una finca del siglo XVI rodeada de viñedos, olivos y las estribaciones de la Sierra de Tramuntana, con todo el encanto rústico que los novios deseaban.
Dado que la belleza natural y el lugar de celebración eran las piezas centrales, Sarah y Stephen hicieron poco para acentuar el espacio. En su lugar, hicieron que el día se centrara más en los amigos y la familia que asistieron que en las flores y la decoración. Los colores se limitaron a tonos de piedra natural, con algún toque ocasional de rosa fuerte, y la pareja prescindió de tradiciones como la fiesta de bodas y la tarta. “Era una celebración, no sólo de nosotros, sino también de nuestras familias y amigos”, dice Sarah. “No queríamos que pareciera ni que se sintiera como una boda”.